En pleno centro de Madrid, en la calle
Barco 7, se encuentra La Gastro
Croquetería de Chema, lugar donde el boca
a boca nos ha llevado. Recinto estrecho y profundo con la cocina al fondo del
local pero, a medida que lo descubres, te vas sintiendo cómodo y agusto. Está
dividido en tres ambientes, el primero, a la entrada, con una barra donde poder
chatear, con mesas altas para los servicios más rápidos. Hacia dentro, hay una
zona de mesas configuradas de diferente manera para admitir a cualquier tipo de
grupo y poder disfrutar, durante un poco más de tiempo, los menús más
representativos y los más populares de Chema Soler.
La decoración desenfadada y atrevida, con
un “anarquismo”, muy estudiado y
ordenado. Detrás de este espacio y vislumbrando la cocina nos encontramos con L’atelier de la Gastro. Un espacio más sofisticado donde
poder disfrutar las “Tapas Selectas”
de los menús degustación de última generación, de una cocina más creativa y en
continua evolución.
Esa estancia quedaría para otro día y
decidimos probar el menú de “presentación de credenciales”, que se dice. Muy bien atendido, y como si nos
encontrásemos en un “Estrella Michelin”
nos fueron proponiendo y explicando los diferentes platos, desde una “ensaladilla con una espuma de mahonesa”
y “brocheta de croquetas de pollo sobre
salsa barbacoa”, a unas “migas con
huevo a baja temperatura”, pasando por “una
cazuelita de fideguá con costra” y lo que fue la estrella, o al menos para
mí, de la noche, unas “croquetas de
calamar con una espuma de suave ali-oli gratinado sobre una pincelada de la
misma tinta”. Una explosión de sabor
en toda regla. I Momenti Miglori estaba servido. Gracias Chema.
Con la sala y la entrada abarrotada,
nos quedamos con ganas de mas….Tenemos que volver con más tiempo para conocer lo más novedoso
de la cocina, pero esa vez lo haremos en otro espacio, el que ofrece en Látelier
de la Gastro.
Felicidades.
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