Hoy os traigo una receta de las que llamo de invierno. Aunque
veáis que hay gran cantidad de ingredientes, la elaboración es muy sencilla y
deja que cada cual le de el toque personal. Empecemos...
Ingredientes
(4 pax.):
1
kg. de tripa
500
gr. de morro
1 manita
de cordero partida
1
cebolla
3
dientes de ajo
2
chorizos
2
morcillas
1/4
gr. jamón serrano
4
tomates maduros
1
hoja de laurel
sal
1
cucharón de aceite de oliva
1
guindilla
1
cucharadita de pimentón dulce
Para
el caldo:
1
hueso de jamón
4
puerros
5 zanahorias
2
tomates maduros
1
hoja de laurel
2
clavos
10
granos de pimienta negra
sal
Paso 1: Limpiamos
las tripas, el morro y la manita al chorro del agua fría y si no te los han
troceado en la tienda, es el momento de hacerlo, en cuadrados, ni muy grande ni
muy pequeños y se ponen a hervir en una olla grande con agua y vinagre, para
que se limpien bien a fondo.
Nota: La pata por lo
general te la dan entera o la mitad. Esta hay que deshuesarla también pero al
final de la cocción que es cuando podremos separar todos lo huesecitos y dejar
los cartílagos si nos gustan que aparezcan al final del plato.
Paso 2:
Mientras termina de blanquearse la carne, se limpian las verduras y se prepara
un caldo con los ingredientes indicados arriba. Incorporamos la carne de los
callos y dejamos hervir cuarenta y cinco minutos mas o menos. Con esto estamos
preparando un fondo muy rico y sabroso con el que vamos a cocer los callos
definitivamente, por lo que habrá que colarlo y separar solo la carne de los
callos, el resto lo desecharemos, menos el caldo claro.
Paso 3: Preparamos
un sofrito en otra cazuela donde se van a hacer los callos definitívamente, con
la cebolla, los ajos, la hoja de laurel y la guindilla, a fuego lento y con
aceite de oliva. Cuando estén pochaditos y empiecen a dorarse, se añade el
pimentón dulce (con cuidado de que no se queme), y acto seguido echamos el
tomate rallado y los tacos de jamón, hasta que el sofrito esté bien ligado.
Este es el momento de incorporar toda la carne de los callos. En cuanto a los chorizos y las morcillas yo los pongo
enteros. Ya veréis cuando los troceo.
Paso 4: Ahora
solo tenemos que dejar cocer la cazuela durante una hora, por lo menos a fuego
lento, para que se queden muy blanditos. Si durante el tiempo de cocción
vemos que hay que añadir más líquido, vamos echando caldo, ya que no pueden
quedarse secos.
Paso 5: Cuando
están, llega lo entretenido. Hay mucha gente que tan solo saca del guiso las
zanahorias, puerros, y las zanahorias y las pasan por el pasapurés o chino,
añadiéndolo al conjunto de nuevo, pero a mi me gusta la salsa muy fina por lo
que con paciencia sacaré del guiso toda la carne, las morcillas, los chorizo,
el jamón y la pata junto con la guindila la hoja de laurel. Ahora es el momento
de primero, triturar todo el caldo y pasarlo por el chino o el colador fino que
tengamos, segundo, trocear las morcillas y los chorizos y tercero, “desmontar”
la pata desechando solo las partes duras. Mezclamos todo el la cazuela
definitiva y levantar el guiso ajustando la sal, el picante y la densidad de la
salsa teniendo en cuenta que al enfriar espesa bastante y si necesitáis más
liquido lo cogéis les caldo.
Antes de servir hay que probarlos y si os queda poco
picante podéis incorporar otra guindilla a la hora del ultimo hervor, pero con
cuidado que tanto el picante como el espesor de la salsa aumentan cuando
enfrían y reposan.
Es un plato que os aconsejo que hagáis bastante ya que se
puede congelar y pasado unos meses volver a disfrutar de nuevo sin la necesidad
de ponerse el mandil.
Y si queréis conocer el toque FoodJoying, en este caso es un momento
y el momento FoodJoying del plato es sentaros alrededor de el con un buen
vino (Rivera del Duero Crianza) y un buen pan (Candeal) y
el momento aparecerá seguro, ¡¡ya lo creo que aparecerá!!
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