martes, 10 de noviembre de 2015

TRIVIO… en Cuenca



Con muchas ganas reservamos en este atractivo y nuevo restaurante abierto por un interesante cocinero como Jesús Segura. Nos encontramos con un local acogedor enfocado en su mayoría al tapeo distendido con mesas altas y una amplia barra. El comedor, acogedor con motivos muy de la tierra.


De las tres opciones de menú nos inclinamos por la segunda. El Menú Tradicional, con tres entrantes y un segundo a elegir entre carne y pescado, más postre. Los preliminares fueron perfectos, te indican los platos que te van a servir, eliges el principal y te presentan el aperitivo, para comer con la mano (lo que te hace recordar los primeros platos de Mugaritz). Un trozo de anguila ahumada sobre una hoja de lechuga roturada con unas tiras de verduras, que haciendo un envoltorio teníamos que mojarlo en un cuenco con una vinagreta muy suave y equilibrada, que potenciaba a la anguila en su punto justo, un buen comienzo como se puede ver en la foto.


A continuación llegaron los tres entrantes. Un "Micuit de Foie" con unas setas en un suave escabeche, una "Ensalada de tomate y atún marinado con una tierra de aceite de nuez", y para terminar un "Guiso de judía verdina con pulpo" que dio calor al cuerpo, color y olor a la mesa. Los tres platos generosos darían paso al principal. Por un lado, la "Corvina en salsa de almejas con boletus": una buena porción de pescado en su punto bien acompañado con una fusión muy equilibrada de dos texturas similares pero muy diferentes. Por el otro, un buen trozo de "Carrillera de ternera", bien trabajada a baja temperatura sobre un puré, demasiado denso para mí y unas verduritas muy FoodJoying terminaron haciendo muy divertido el plato para disfrutarlo con los cinco sentidos.


El postre, único en el menú, sirvió para poner punto y final a una gran comida, pero con el permiso de los famosos Petit-Fours, que como todo el mundo sabe es el colofón de toda comida en cualquier restaurante que se precie. 
En Trivio no faltaron, pero tampoco nos los merecimos todos. Según parece solo se lo ofrecen al que toma café, infusión o a caso algún licor, así que uno de los comensales se quedó sin los “trampantojos” de Jesús Segura. Al final nos los repartimos como “buenos hermanos”.

Puede que con lo que nos quedamos de Trivio y lo que trasmitimos es eso, el detalle final de los Petit-Fours. No es justo, es una pena don Jesús.




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